lunes, 6 de mayo de 2013

Arquitectura románica

El muro de la arquitectura románica se caracteriza por ser grandes bloques de piedra con escasos vanos. Estos muros sustentan bóvedas de cañón en la naves centrales, y bóvedas de arista en la laterales.. La nave central se sustenta por pilares que la separan de las las laterales con una arquería de medio punto.
Los muros, además, se sustentan con contrafuertes situados en el exterior.
La planta del románico es la planta en cruz latina: se alargan las naves laterales del transcepto de la planta basilical. Esta planta simboliza el cuerpo de Cristo.
 Tanto la nave longitudinal como las transversales poseen una nave centra y otras laterales, que son la mitad de altas y anchas, y que sirven para que los peregrinos pudieran transitar sin molestar al oficio.




En la cabecera de las iglesias de peregrinación se sitúa un gran ábside con absidiolos   a los que se accedía por el deambulatorio o girola: un pasillo curvo
Para transitar de una pared ancha y de ladrillo a una puerta de madera mucho más fina se utiliza la arquivolta: arcos, de forma abocinada, degradados en profundidad.

El mejor ejemplo de iglesia románica es la catedral de Santiago de Compostela.
Existen varias escuelas dentro del estilo. Una es la francesa, donde surgió el estilo y cuyas características son las ya nombradas.
Otra es la escuela lombarda, que se da en el norte de Italia, que solo posee una torre campanario. En los absidiolos que se decoran con arquillos ciegos.
En al centro de Italia aún sigue dominando la planta basilical y los muros en mármol.
Por último, la Alemana, cuyas iglesias destacan por su actitud.

Otro edificio destacado del románico es el monasterio, que siguen el modelo del monasterio de Cluny.


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