lunes, 22 de abril de 2013

El arte califal: Mezquita de Córdoba y Medina Azahara

Después de que el ejército árabe, dirigido por Tariq y Muza entrase en la península (Al-Andalus), los árabes ocuparon los valles fluviales. Esta época es conocida como el emirato dependiente, hasta que en el año 750 se produce la revuelta abasí. El último Omeya, Abderramán instala el emirato en Córdoba. La construcción de la mezquita se inició en este momento.
En un principio, la construcción original constaba, en el Harám, de 11 naves, separadas por columnas de acarreo (de construcciones romanas y visigóticas). Sobre el capitel hay un pilar que sustenta una doble arquería. Abajo, como arcos de descarga, arcos de herradura. Arriba, arcos de medio punto, sosteniendo la cubierta. Para su construcción se utilizaron piedra caliza y ladrillo, de ahí que tenga dos colores.

El muro exterior está hecho de aparejo de sillar, acoplándole el mismo número de contrafuertes que de naves y crujías.
Las naves se dirigen hacia el muro de la quibla, donde se situa el Mihrab (nicho hacia el que se dirige la oración) y que, a diferencia del resto de mezquitas, no está orientado hacia La Meca, sino hacia el sur, quizá por el trasado de las calles.
En un principio seguía el plano de la casa de Mahoma. Un siglo después Abderramán ii amplía el harám (a causa del crecimiento de la ciudad) y le añade ocho crujías nuevas. El plano se vuelve rectangular.

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